Las fotos de maternidad de esta familia nacen de un parón inesperado, una pandemia mundial que nos obliga a parar TODO lo que nos rodea dejando de hacer las sesiones más preciadas y con fecha de caducidad, embarazo y recién nacido. En este post os cuento como surgieron y porqué lucen tan bonitas.
Mucha incertidumbre sobre si llegaríamos a tiempo a hacer la sesión, muchos mensajes informándome de como avanzaba su embarazo, y es que esta familia tiene todos los recuerdos de la hermanita mayor y no querían quedarse sin él, ahora que Lucía también iba a ser partícipe. Ellos preferían la sesión exterior, ya que con niñ@s es más fácil ir al campo y que se sientan más libres para captar sus mejores sonrisas, pero con esta situación no pudo ser.
En cuanto comunicaron que podía volver hacer sesiones, no lo dudamos, aunque ella estaba ya de 38 semanas prefería hacerlas en el estudio y tener las imágenes de calidad de su segundo embarazo.
Con todas las medidas de seguridad e higiene vinieron al estudio. Lucía no nos lo puso nada fácil, sólo correteaba super emocionada que había salido de casa después de dos meses y jugaba, pero nada de fotos. No sé si fueron las ganas que tenía yo de volver a captar estos momentos, si estaba igual de emocionada que Lucía porque me sentía con la misma ilusión o si fue saber que finalmente ellos podían disfrutar de su sesión, pero de verdad, estoy muy contenta con estas fotografías. Creo que tienen alma.
Todo esto tiene un final todavía más feliz, Blanca nació hace dos días y su mamá quiso compartir su foto conmigo nada más nacer. Y ya me quedé sin palabras.
¡QUE BONITO TRABAJO TENGO!