Noa, tan dulce con sus mofletillos…
Con 10 días de vida tenía claro que las manitas las ponía como ella quería jeje. Al final se rindió y me dejó hacer estas tiernas imágenes.
Y es que no existe el bebé perfecto, el que viene guerrero se rinde, y el que viene como un santo en algún momento salta la guerra, y es así. Este trabajo es paciencia, vocación, cariño y querer a la gente. Porque el que da, recibe.
Bendito día en el que cogí a mi primer bebé, que lo recuerdo a la perfección. Bendito día el que decidí investigar sobre este mundo que me da paz y felicidad.
Esta sesión es un regalo de las amigas, no os quedeis atrás y regalar lo más bonito… ¡RECUERDOS!